Internet te da todo, hasta un tipo al que le contás una escena o historia y te la dibuja en paint
https://www.facebook.com/JimllPaintIt/
viernes, 29 de marzo de 2013
miércoles, 27 de marzo de 2013
miércoles, 20 de marzo de 2013
domingo, 17 de marzo de 2013
viernes, 15 de marzo de 2013
miércoles, 13 de marzo de 2013
Conversando con los planetas de Anthony Aveni
"Apagad las luces para observarlas de verdad, las que están en el cielo; las que nuestros antepasados, con su imaginativa mente, usaron para configurar un maravilloso conjunto de imágenes poéticas que nos hablan de ellos mismos y de su relación con el universo. Porque hace ya mucho tiempo que las puntas de los dedos de la humanidad tocan la tierra y el cielo con gran sensibilidad, y de esas sensaciones ha ido surgiendo la conciencia de que nunca podríamos estar separados de la naturaleza. Para expresar su presencia consciente en un universo vivo, nuestros antecesores se valieron de un diálogo vívido e imaginativo con sus múltiples aspectos: con la montaña, el agua, la Luna, el Sol. Mediante el arte, la arquitectura y la palabra, hablada y escrita, explicaron que significaba para ellos el mundo real, y así transmitieron sus verdades reveladas a las generaciones siguientes, que aceptaron como eternas algunas de ellas y alteraron otras."
Conversando con los planetas de Anthony Aveni
©Helena Pérez García |
martes, 12 de marzo de 2013
"la indiferencia de cualquiera me fascina"
De un día como hoy pero de 1965. De una mirada interior pero desde otra persona.
Desde los diarios de Alejandra Pizarnik, porque sí, porque siempre Alejandra.
"12/03/1965
¿Por qué necesito humillarme?
¿Por qué necesito llamar a quien no quiere venir y por qué me entristece recibir a quien llega con deseos de verme? ¿Por qué el amor de alguien a mí infunde en mí odio por ese alguien y por qué la indiferencia de cualquiera me fascina?
Aun si todo va más o menos serenamente necesito, cada dos o tres meses, una noche de hundimiento.
Necesidad de encarnar presagios y sueños. El mundo externo se opone. Esto es obvio y no obstante no puedo admitirlo; lo quiero -en nombre de mi, digamos, instinto de conservación- lo quiero, digo, pero no puedo. Queda por averiguar si lo quiero verdaderamente.
Luego, por más que crea haber progresado y madurado, mi sentimiento del amor y del deseo es difuso y confuso como a los cinco, a los diez y a los quince años. Una noche sexual es un corte tajante. No puedo, no sé, no podré nunca unir esa noche a las obligaciones, relojes, horarios, etc. Siempre, después de una noche sexual, hago planes de orden: ordenación de escritos, de lecturas, etc. Como quien estuvo al borde de la muerte y al incorporarse proyecta actos sanos y enérgicos.
Una noche sexual es agonía, es muerte y es la única felicidad.
Pero ciertos gestos, ciertas palabras, yo pierdo conciencia, yo estoy ebria cuando me desnudan, algo lejano y presente. Se repite lo que no se vio nunca. Siempre hago el amor por primera vez. Mi asombro, mi perdición, mi asfixia, mi liberación.
Soy una cobarde. Lo sexual, para mí, es el único camino de iniciación. Yo a veces lo abandono por miedo. Así como para otros el ascetismo, para mí lo sexual.
Pero esta necesidad, además, de consumirse. Este apalear a un animal muerto. ¿Qué pasa en mí que golpeo puertas cerradas? Lo sexual, sí. Pero no sé por qué me fascinan los que no me desean. Éste es mi emblema. Ésta es mi maldición. Cualquiera que te abandone logrará seducirte. Y viceversa.
¿Cuándo empezó? (...)"
Desde los diarios de Alejandra Pizarnik, porque sí, porque siempre Alejandra.
"12/03/1965
¿Por qué necesito humillarme?
¿Por qué necesito llamar a quien no quiere venir y por qué me entristece recibir a quien llega con deseos de verme? ¿Por qué el amor de alguien a mí infunde en mí odio por ese alguien y por qué la indiferencia de cualquiera me fascina?
Aun si todo va más o menos serenamente necesito, cada dos o tres meses, una noche de hundimiento.
Necesidad de encarnar presagios y sueños. El mundo externo se opone. Esto es obvio y no obstante no puedo admitirlo; lo quiero -en nombre de mi, digamos, instinto de conservación- lo quiero, digo, pero no puedo. Queda por averiguar si lo quiero verdaderamente.
Luego, por más que crea haber progresado y madurado, mi sentimiento del amor y del deseo es difuso y confuso como a los cinco, a los diez y a los quince años. Una noche sexual es un corte tajante. No puedo, no sé, no podré nunca unir esa noche a las obligaciones, relojes, horarios, etc. Siempre, después de una noche sexual, hago planes de orden: ordenación de escritos, de lecturas, etc. Como quien estuvo al borde de la muerte y al incorporarse proyecta actos sanos y enérgicos.
Una noche sexual es agonía, es muerte y es la única felicidad.
Pero ciertos gestos, ciertas palabras, yo pierdo conciencia, yo estoy ebria cuando me desnudan, algo lejano y presente. Se repite lo que no se vio nunca. Siempre hago el amor por primera vez. Mi asombro, mi perdición, mi asfixia, mi liberación.
Soy una cobarde. Lo sexual, para mí, es el único camino de iniciación. Yo a veces lo abandono por miedo. Así como para otros el ascetismo, para mí lo sexual.
Pero esta necesidad, además, de consumirse. Este apalear a un animal muerto. ¿Qué pasa en mí que golpeo puertas cerradas? Lo sexual, sí. Pero no sé por qué me fascinan los que no me desean. Éste es mi emblema. Ésta es mi maldición. Cualquiera que te abandone logrará seducirte. Y viceversa.
¿Cuándo empezó? (...)"
© Sophie Lecuyer
lunes, 11 de marzo de 2013
L'origine du monde
Leo nota en Infobae titulada "Apareció el rostro que completaría 'El origen del mundo' de Gustave Courbet".
Viendo esa nota, que me disgustó porque nunca quise conocerle la cara a la musa de esta pintura, me pongo a buscar que tan cierto es y caigo en una vieja nota de Página 12 firmada por Mario Goloboff. Al menos allí se habla más del autor, del recorrido de la obra y su relación con Lacan, no hay fotos de ninguna mujer que sea la dueña de ese "origen", como sí lo hizo Infobae.
Datos de color y subjetividades al márgen, sigue pareciendo asombroso que, a ésta altura, la principal atracción de ésta obra sea la polémica en torno a su título y la necesidad de ponerle una cara a esa vagina.
*
Recuerdo esta foto de Nan Goldin:
Año 1980. Su nombre Ectopic Pregnancy Scar.
Buscando en la carpeta esa foto, reencuentro la siguiente instalación:
Odalisque, es del año 2011 y forma parte de la muestra Scopophilia que viajó por varias partes del mundo. Aguna vez guardé este link al que los invito a pasar y en donde verán recreaciones varias: http://www.matthewmarks.com/new-york/exhibitions/2011-10-29_nan-goldin/works-in-exhibition/
*
Y mientras trabajo sobre varias fotografías que construyen un relato extraordinario de diferente "orígenes del mundo", me detengo en esta foto de Frank Horvat y me apuro a declararla como la versión masculina
Nota mental: publicar el trabajo final para meternos de lleno en esas (y otras tantas) entrepiernas con tanto para decir.
domingo, 10 de marzo de 2013
10 de marzo ::: me cuelgo de mi día
Cumplir años. El estrés de cumplir años, la expectativa de los otros sobre el cumpleaños de uno.
¿Alguien puede pensar en el cumpleañero?
¿Alguien puede pensar en el cumpleañero?
© Hans Haacke > Castillos en el aire
Intervención en Nápoles, 2008
Rhinoceros at Luisenplatz - Installation by italian artist Stefano Bombardieri in Potsdam, Germany.
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Stefano Bombardieri
jueves, 7 de marzo de 2013
martes, 5 de marzo de 2013
The full circle
THE FULL CIRCLE © Diane Arbus
Who is it that can tell me who I am?Shakespeare
Miss Cora Pratt,
the Counterfeit Lady, is fashioned of a set of teeth, an old wig,
beads, brooches, feathers and laces out of the attic, and the whimsical
inclination of Polly Bushong who has been practicing this little hoax
for nearly twelve years. It really began longer ago than that, for when
she was just a child, Polly’s father, a socially prominent New England
gentleman, introduced the parlour game of shocking people by wearing a
crenelated slice of raw potato under the upper lip as buck teeth. It
remained for Polly, years later, to purchase a fine and monstrous extra
row of real false teeth and to pursue the game to its logical conclusion
by occasionally becoming someone else, which she has done with such
inspiration and cunning that she has never once been found out.
If
Polly is a delightful, witty and talented Dr. Jekyll, Cora is a
guileless, rapturous and preposterous Mr. Hyde, who commits the most
unerring blunders and cheerfully treads where angels fear to. Once Cora
Appeared, by prearrangement with the host, as the maid at an elegant New
York cocktail party – attended by a dazzling array of steel tycoons,
shipping magnates and theatrical luminaries – wearing a permanently
crumpled uniform and a pair of saddle shoes, she surreptitiously sipped
the drinks as she served them, blew the ashes out of the ashtrays in
full view of the aghast guests, solicitously offered pieces of cheese on
her outstretched hand, and fell asleep in a corner of the living room.
William
Mack is known as the Sage of the Wilderness, the (Abominale) Snowman,
Santa Claus, El- Dorado, Rasputin, Daniel Boone, Garabadi. Mr. Mack
lives on Third Avenue in a room which measures about 7 by 8 feet, with
nine umbrellas, a cowbell, twenty rings, 5 hammers, 38 cigar butts in a
bowl, 11 bracelets, 4 watches, 3 earrings, 6 necklaces, 35 empty
bottles, a Hopalong Cassidy gun and holster, a wagon, 46 rolled-up
pieces of string, 19 brushes for hair, shoes, Paint or floor, 5 segments
of broken mirror, a pink doll carriage with a sort of underslung
hammock devised out of more string, a jar full of plastic umbrella tips,
5 canes, some Blue Seal pomade, 6 saws, 7 pairs of scissors, a jar of
Maraschino Cocktail Cherries, a medicine dropper, a squashed coffeepot, 2
pinup pictures of Sophia Loren and 1 each of Brigitte Bardot and Julie
Newmar, 9 belts, a pair of brown child’s shoes hanging by the laces, a
bogus detective badge, 8 augers, a foxtail, a copy of the Koran and a
Holy Bible, a 1959 Horoscope, a ladder, a Guide To Sexual Harmony In
Marriage, ( Mr. Mack has never married), 9 pliers, 10 screwdrivers, An
English-Arabic Dictionary, a pair of white nurse’s shoes, 7 paint
scrapers and some Breath O’ Pine All Purpose Cleanser. (“Three months
living here and I’m still straightening up”). When people ask him why he
collects so many things his favourite answer is to say it’s good for
his rheumatism and when people ask him where he was born he likes to say
In the kitchen: He could tell because he heard the water running. He is
72 years old, German, an ex-merchant seaman living on his pension.
Once I accompanied him on his daily ritual round which begins at 5:30
A.M., walking down Third Avenue in the freezing dawn picking empty
bottles out of garbage cans, loading them into his baby carriage,
stopping off a select bars, which are very like private clubs, for parts
of breakfast and the early morning special extra free drink; then south
and east to the Bottle Collectors. Mr. Mack says he doesn’t do it for
the money, and indeed it is precious little money; the day I was there,
his 51 bottles yielded a total of 35 cents.
Picking up bottles is what he calls his diversion and he is humorously
indulgent when people give him money, which they must seldom dare to do,
because he is such an awesome, noble, possessed and legendary figure. I
think he is most awfully strong. Often he carries a great sack on his
shoulders. He appears to be the bearer of an undecipherable message.
Nevertheless he is very fond of polite, aristocratic conversation and he
sometimes goes to Union Square for a good etymological argument. He is a
Muslim convert and a student of language and philosophy. He has had
experiences on the lower astral plane. He says that the average person
not only eats too much but breathes too much. And he says that life
isn’t suppose to make sense: “If you take it literal, if you try to
figure it out, it is a mass of confusion, a pack of lies signifying
nothing….The mutable cannot perceive the immutable.” And the last time I
saw him he said to me: “It’s a great life if you don’t weaken but you
are bound to weaken one day.”
The Full Circle
Harper's Bazaar November 1961
Photography & Text: Diane Arbus
Harper's Bazaar November 1961
Photography & Text: Diane Arbus
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