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jueves, 24 de mayo de 2018

*

"En el primer día, el océano se hará más alto que las montañas y su superficie se elevará como un muro. En el segundo día, se hundirá tan profundamente que será difícil verlo. En el tercer día, monstruos marinos aparecerán en la superficie del océano y sus rugidos se elevarán hasta el firmamento. En el cuarto día, el mar y todas las aguas se incendiarán. En el quinto día, el pasto y los árboles exudarán un rocío de sangre. En el sexto día, las casas se desplomarán. En el séptimo día, las rocas se estrellarán unas contra otras. En el octavo día, habrá un terremoto universal. En el noveno día, la Tierra se aplanará. En el décimo día, los hombres emergerán de las cuevas y vagarán, sordos y mudos. En el undécimo día, los huesos de los muertos emergerán nuevamente. En el duodécimo día, las estrellas caerán. En el décimo tercero, morirán los vivos supervivientes para resucitar con los muertos. El décimo cuarto, los cielos y la tierra arderán. En el décimo quinto día, habrá un nuevo Cielo y una nueva Tierra, y todos resucitarán." Speculum Historiale, de Vincent de Beauvais (s. XII/XIII)




 

sábado, 5 de mayo de 2018

instinto

"El instinto es un hecho macizo, y una vez que está ahí ya no hay pasado ni futuro, antes ni después, ayer ni mañana... En vano nos hacemos los fuertes, en vano lo despreciamos"

Jankélévitch (más abajo suma esta cereza "la conciencia, que sigue siendo nocturna para sí misma")

miércoles, 15 de noviembre de 2017

los diarios de Anaïs Nin son de carne, tan carne, que parecen propios

"Sensaciones amorosas. Rocío sobre las hojas, el susurro de todas las cosas que vuelven a la vida. Nada hay en el mundo como fundirse y entregarse. Cada vez que entrego una parte de mi ser, renuncio a una idea, acepto, me sacrifico por Henry, acepto al Otro, es como si se rompiera la inflexible cadena del Ego. Cuando descubro que la historia de la puta que conoció es cierta, le doy un beso. Me entrego, me rindo continuamente: mi ego, mis celos, mis quejas, mi egoísmo. Cada vez que me fundo, algo le ocurre a mi feminidad, a mi ser femenino. Cada oleada de sentimientos, de generosidad, aporta un extraño florecimiento. Soy feliz de una manera divina, no humana, como si esto fuera una religión, no un amor corriente, siempre mayor que yo"
"Cuando escribo me como mi neurosis. Escribo gracias a mi neurosis. Por eso, para mí, el proceso creador es triste. Preferiría ser una camarera de cabaret y bailar jazz hasta morir".
"Henry se niega siempre a complacerme, es algo instintivo en él. Me limita. Se afirma a sí mismo exactamente igual que hacía Eduardo cuando decía «No». Si quiero encender el fuego de la chimenea, es No. Si quiero ir al Sélect, es No. Si quiero ver una buena película, no quiere ir tan lejos y me lleva al cine del barrio, el Alesia, donde me aburro y tengo que aguantar las pulgas"

"Henry me sacrifica en cada cosa que necesita. Vivir con él y depender enteramente de él significaría mi muerte como individuo, como artista, como mujer, como todo. Sólo Hugh me mantiene viva y Henry sólo me ha dado lo que da la pasión, la posibilidad de entregarse una misma. Pero detrás de esa entrega a Henry está la muerte. Por lo tanto: la aventura".
"El otro día, cuando se jactaba de su feliz estado de despreocupación, de inconsciencia e irresponsabilidad, de vivir en el mundo como un niño sin preocupaciones de ninguna clase y decía «me siento tan feliz», no tuve más remedio que decirle: «Sí, pero no haces felices a los demás. Por eso perdiste a June». Dijo entonces que lo que yo quería decir realmente era «por eso me perderás». Después se puso enfermo, como para pedirme que me quedara con él. Pero me siento endurecida, sola y desilusionada. Henry dijo: «No creo que nada pueda ir mal entre nosotros. Todos los que dan algo al mundo causan también grandes sufrimientos. Yo soy uno de esos». Henry vive de acuerdo con las leyes de su ego y, por consiguiente, yo he de hacer lo mismo"

Anïs Nin

lunes, 9 de octubre de 2017

Genetic Future


"The 1982 book The Kids’ Whole Future Catalog imagined what the world of genetic engineering might mean to the people, plants and animals of the 21st century. The book presented genetic engineering as a natural progression in the course of human history, pointing out that people have been messing with plants and animals for thousands of years in an effort to produce more disease-resistant crops and heartier livestock. The book explains that until relatively recently “it has been possible to cross only species that are very similar. For instance, a mare and a donkey can be crossbred to get a mule, but the reproductive cells of a horse and a dog will not unite.” But apparently some time in the near future (when scientists finally get their act together), humans will know the majesty that is a horse/dog hybrid". Vía Smithsonian Mag

sábado, 15 de julio de 2017

La fiesta de la insignificancia, de Milan Kundera

"Después de sus largas y agotadoras jornadas, a Stalin le gustaba permanecer un rato más con sus colaboradores y relajarse contándoles anécdotas de su vida. Por ejemplo ésta: Un día él decide ir de caza. Se pone una vieja parka, se calza unos esquíes, coge un fusil de caza y recorre trece kilómetros. De pronto, ante él, ve unas perdices en las ramas de un árbol. Se detiene y las cuenta. Hay veinticuatro. ¡Vaya mala pata! Sólo se ha llevado doce cartuchos. Dispara, mata a doce,
luego da media vuelta, recorre otra vez los trece kilómetros hasta su casa y coge otra docena de cartuchos. Recorre una vez más los trece kilómetros hasta las perdices, que siguen en las ramas del mismo árbol. Y por fin las mata todas… 
—¿Te ha gustado? —pregunta Charles a Calibán, que se ríe: —Si me lo hubiera contado el propio Stalin, ¡lo habría aplaudido! Pero ¿de dónde has sacado esa historia? 
—Nuestro maestro me regaló un libro, Las memorias de Jrushchov, publicado en Francia hace mucho, mucho tiempo. En el, Jrushchov, cuenta la historia de las perdices tal como Stalin la había contado a su gente. Pero, según narra Jrushchov, nadie reaccionó como tú. Nadie se rió. A todos sin excepción les pareció absurdo lo que Stalin les había contado y aborrecieron esa mentira. Aun así, callaron todos y sólo Jrushchov tuvo el valor de decirle a Stalin lo que pensaba. ¡Escucha esto! Charles abrió el libro y leyó lentamente en voz alta:
«—¿Cómo? ¿Quieres decir realmente que las perdices no se fueron y se quedaron en las ramas del árbol? —preguntó Jrushchov.
—Así es —contestó Stalin —, no se movieron de su sitio.»
Pero la historia no se acaba aquí, pues debes saber que al final de su jornada de trabajo todos se reunían en el baño, un gran espacio que también servía de retrete. Imagínate. En una pared, una larga hilera de urinarios y, en la pared de enfrente, los lavabos. Urinarios de cerámica en forma de concha, muy emperifollados y adornados con motivos florales. Cada miembro del clan de Stalin tenía su propio urinario creado y firmado por un artista distinto. Sólo Stalin no lo tenía.
—¿Y dónde meaba Stalin? —En un reservado solitario, al otro lado del edificio; y como meaba solo, nunca con sus colaboradores, éstos se sentían divinamente libres en sus urinarios y se atrevían a decir por fin en voz alta todo aquello que se veían obligados a callar en presencia del jefe. Y así fue el día en que Stalin les contó la historia de las veinticuatro perdices. Y te cito otra vez al propio Jrushchov:
«… al lavarnos las manos en el baño escupimos de desprecio. ¡Él mentía! ¡Mentía! A nadie le cupo la menor duda».
—¿Y quién era el tal Jrushchov? —Unos años después de la muerte de Stalin se convirtió en el jefe supremo del imperio soviético. 
Tras una pausa, dijo Calibán: 
—Lo que me parece increíble en toda esa historia es que nadie entendiera que lo de Stalin era una broma. 
—Claro —dijo Charles y volvió a dejar el libro encima de la mesa—, porque todos a su alrededor habían olvidado ya qué es una broma. Y, a mi entender, eso anunciaba ya la llegada de un nuevo gran periodo de la Historia."

jueves, 4 de mayo de 2017

*Mi* tesoro


Hace unas semanas, el verdulero me vio mala cara y me preguntó que me pasaba. Improvisé una respuesta diciéndole que ayer me llevé unas paltas que no estaban buenas, "estaban un poco negras por dentro". Se rió. "A vos te pusieron Eva por Eva Braun", me dijo, y guardó la patada ninja para cuando me daba el vuelto y me despedía: "mi abuela decía mucho que si te la pasas con rengos, rengueás, como cuando estás mucho con un cordobés que hablás con tonada viste? Pero bueno, la tonada no molesta, el rengueo sí, pero es un rengueo por elección. Ah! y las paltas ayer las elegiste vos". Le di un beso y me fui.

Unos días antes me había encontrado en el 181 un ejemplar de Ciudades Invisibles, de Italo Calvino, edición de la hermosa Minotauro. Me sorprendió (pero no me asombró, como creyente que soy de que los libros son oráculos) ver que al libro le faltaban las hojas finales y, por ende, ese último párrafo donde está la absoluta base de todo en esta vida (tal vez lo único que *me* dio Calvino, pero para nada es poca cosa)


Cuento todo esto en facebook. Termino escribiendo "Elegir bien, apreciar, reconocer, cuidar. esa segunda opción de la que Calvino habla como "peligrosa" nos salva de lo peor: la peligrosidad de las personas superficiales, de sus relaciones banales, del vampirismo. cuidarse uno es también cuidar a los que deseamos cuidar (más allá de la fantasía que implica el verbo cuidar pero no se me ocurre otro ahora). ergo, si es necesario romper un libro y dejar un final abierto y/o atreverse a otro final, que así sea. Ahora lo busco en Mercado Libre para comprárselo al verdulero. Sí."

Todo esto ocurrió la primera semana de abril. La semana pasada, justo antes de dar por terminado uno de los meses más dolorosos y transformadores de la vida, salió el nuevo trabajo de El Mató. Creer y reventar, pero el corte elegido, El Tesoro, reza "cuidarte siempre a vos en la derrota hasta el final". Una vez más, Santi direcciona y focaliza el corazón, los vínculos. El Mató es el bien. No, no son grandiosos, no sorprenden musicalmente, pero son el bien y hacen el bien, algo que parece imposible a veces. Este verso que remarco del nuevo corte tiene una intimidad profunda y bendita con "en este mundo peligroso tenemos que estar juntos"

Cuando te das cuenta que todo te habla y que Dios está en los detalles, no te sentís tan sola pero, sobre todo, y mejor aún, te reconocés no tan errática ni errada.

Bailemos.





miércoles, 8 de marzo de 2017

*

"Es el otro quien, entrando sin golpear a la puerta, desvía mis intenciones y turba mi quietud. Se desdibuja hasta la afectación la cuestión moral cuando se atribuye el papel activo a aquél que ama. El prójimo me incumbe antes de que mi corazón o mi conciencia hayan podido tomar la decisión de amarlo. El rostro, en èl, es esa potencia prescriptiva que me despoja de mi soberanía y me obliga a una pasividad radical. Amor, si se quiere, pero amor a regañadientes; amor que nos pone a prueba; amor que es el nombre más corriente de la violencia con que el otro me desaloja, me persigue y hostiga hasta los rincones más recónditos de mí mismo. De ahí la agresividad que puedo sentir por ese personaje indiscreto, por esa ausencia omnipresente..."

La sabiduría del amor, de Alain Finkielkraut

jueves, 14 de mayo de 2015

jueves, 23 de abril de 2015

"Hemos herido a la serpiente, pero no la hemos matado"

La modernidad de Shakespeare me conmueve y atormenta. Nacía un día como hoy hace 451 años pero todavía tiene lugar en el mañana.

Macbeth, de William Shakespeare

martes, 24 de febrero de 2015

Passione italiana


"Los italianos eran lo mejor y lo peor: entre ellos había cobardes y valientes a partes iguales. Es más: el heroísmo de aquellos valientes obedecía a sus cambios de humor. Los más temerarios podían ser los más cobardes a la mañana siguiente de su proeza."

El sabotaje amoroso, de Amélie Nothomb.

Ok. La ciclotimia, neurosis y la convicción que "el día después" de "algo" siempre es raro, también son herencia ancestral ✓

martes, 12 de marzo de 2013

"la indiferencia de cualquiera me fascina"

De un día como hoy pero de 1965. De una mirada interior pero desde otra persona.
Desde los diarios de Alejandra Pizarnik, porque sí, porque siempre Alejandra.

"12/03/1965

¿Por qué necesito humillarme?

¿Por qué necesito llamar a quien no quiere venir y por qué me entristece recibir a quien llega con deseos de verme? ¿Por qué el amor de alguien a mí infunde en mí odio por ese alguien y por qué la indiferencia de cualquiera me fascina?

Aun si todo va más o menos serenamente necesito, cada dos o tres meses, una noche de hundimiento.

Necesidad de encarnar presagios y sueños. El mundo externo se opone. Esto es obvio y no obstante no puedo admitirlo; lo quiero -en nombre de mi, digamos, instinto de conservación- lo quiero, digo, pero no puedo. Queda por averiguar si lo quiero verdaderamente.

Luego, por más que crea haber progresado y madurado, mi sentimiento del amor y del deseo es difuso y confuso como a los cinco, a los diez y a los quince años. Una noche sexual es un corte tajante. No puedo, no sé, no podré nunca unir esa noche a las obligaciones, relojes, horarios, etc. Siempre, después de una noche sexual, hago planes de orden: ordenación de escritos, de lecturas, etc. Como quien estuvo al borde de la muerte y al incorporarse proyecta actos sanos y enérgicos.

Una noche sexual es agonía, es muerte y es la única felicidad.

Pero ciertos gestos, ciertas palabras, yo pierdo conciencia, yo estoy ebria cuando me desnudan, algo lejano y presente. Se repite lo que no se vio nunca. Siempre hago el amor por primera vez. Mi asombro, mi perdición, mi asfixia, mi liberación.

Soy una cobarde. Lo sexual, para mí, es el único camino de iniciación. Yo a veces lo abandono por miedo. Así como para otros el ascetismo, para mí lo sexual.

Pero esta necesidad, además, de consumirse. Este apalear a un animal muerto. ¿Qué pasa en mí que golpeo puertas cerradas? Lo sexual, sí. Pero no sé por qué me fascinan los que no me desean. Éste es mi emblema. Ésta es mi maldición. Cualquiera que te abandone logrará seducirte. Y viceversa.

¿Cuándo empezó? (...)"


© Sophie Lecuyer


sábado, 23 de febrero de 2013

Codex Seraphinianus de Luigi Serafini

 "Codex Seraphinianus: el libro de lo imposible.

Uno de los libros prohibidos más extraños del siglo XX es el Codex Seraphinianus, compuesto por el artista italiano Luigi Serafini; una especie de enciclopedia visual sobre un mundo enigmático, desconocido, escrito en una lengua intraducible.

Las 360 páginas del Codex Seraphinianus fueron compuestas a lo largo de treinta meses extenuantes, entre 1976 y 1978. El libro se divide en dos secciones y once capítulos. La primera parte parece brindar detalles sobre la flora, fauna y física de un planeta desconocido. La segunda narra la historia de su pueblo.

Una mirada despojada de incentivos esotéricos objeta el carácter sobrenatural del libro, señalando que sus imágenes son una suerte de revisionismo surrealista de nuestro propio mundo. No obstante, las imágenes de Codex Seraphinianus son demasiado extrañas para incluirlas en un estilo determinado; son, en toda regla, una visión inquietante de aquello que no tiene sentido, y que a causa de eso tal vez podría existir en algún rincón inaccesible del universo.

Mapas insólitos, geografías imposibles, máquinas orgánicas unidas por filamentos que parecen tentáculos, rostros semihumanos de rasgos bestiales; todo ello es parte intrínseca del Codex Seraphinianus. Su escritura, por cierto, es aún más extraña. Parece seguir algún viejo sistema semita, por el cual algunas letras solo aparecen al principio o al final de determinadas palabras. El idioma del Codex Seraphinianus, si cabe llamarlo de ese modo, ha desafiado los intentos de los mejores lingüistas del mundo, entre ellos Allan Wechler e Iván Derzhanski, quienes afirman haber roto el código secreto en la numeración de páginas.

En un concilio de la Sociedad de Bibliófilos de la Universidad de Oxford celebrada en 2009, Luigi Serafini afirmó que no hay un significado oculto en el Codex Seraphinianus; y aún más, que su escritura le fue sugerida desde afuera, es decir, una suerte de escritura automática. En otros foros Serafini sostuvo que su intención era regalarle al lector las mismas sensaciones de un niño que aún no sabe leer frente a un libro común y corriente.

Sea cual sea el origen del Codex Seraphinianus, una obra dictada por esferas ignotas o la creación artística de un genio subliminal, el libro roza las fronteras de lo extraño y lo macabro con toda la potencia de los viejos arcanos. Lo grotesco y lo perturbador se entrelazan con visiones de gracias y belleza, de un modo que podríamos calificarlo como una Oda al Caos, una valoración de lo inarmónico, una glorificación de lo incomprensible.

Sin haber tenido la ocasión de observar de primera mano el libro, sospecho que el Codex Seraphinianus podría describirse como una tentativa de racionalizar lo imposible."
Fuente El Espejo Gótico