lunes, 2 de marzo de 2015

Timeline

El 13 de marzo a las 19 inaugura una muestra hermosa la gran Luciana Massarino en el querido Studio 488: Timeline. Lu me volvió a dar la alegría de hacer algo juntas invitándome a escribir el texto curatorial.
 



"Buenos Aires, marzo 2015

La romántica idea de imaginar que en el instante que todo se pulverice lo que quede sean solo imágenes... Imágenes que nos hacen eternos frente a la mirada de otros pero sobre todo nos hacen inmensos en nuestra perspectiva: a cada instante algo se pulveriza, a cada instante esa imagen lo reconstruye y nos invita a reconstruirnos.
Observadores, protagonistas, testigos y testimonios conjugándonos a nosotros mismos porque cada uno de esos roles somos nosotros mismos.

Hay en esta situación una especie de manual  de supervivencia que hace a la historia de la humanidad, a esa historia que se entrega completa e incondicional frente a los anónimos que honran el milagro y saben que, aún a años luz, lo que trascenderá será una belleza divina.

Una belleza divina que se traduce en lo que nos moviliza. La belleza del movimiento y de sentirlo cuando decidimos registrar momentos, caras, lugares. Hay allí un despertar consciente, algo que sutil o brutalmente nos cambia, y aunque el mundo siga siendo el mismo mundo, para nosotros ya no será igual porque hubo un llamado de atención que ameritó ser eternizado.

Siguiendo con el romanticismo - genuino, seductor y fatal - es un acto superior y de profundo sentimiento reconocer cuando el amor decide habitarnos y nos hace palpitar frente a esas personas y a esos espacios en un determinado tiempo que, generosamente, deja de ser relativo para elevar su forma de ilusión a la de un recuerdo inolvidable.

No estamos en un mundo donde podamos permanecer igual, tampoco venimos a eso porque hasta el instinto más primitivo se alimenta de la creación y la recreación.

Cerrar los ojos nos lleva a planos negros estrellados, abrirlos de repente nos encandila de blanco con destellos memoriosos. En la unión de estas visiones está la existencia que acepta la distancia como un estado mental, que no exige una claridad exacta y que nos permite pintar las saudades con una nubosidad variable que es inevitable, incómoda, pero que también pasará.

A la oscuridad, luz. Al llegar, irse. Al inicio, fin. A la pulverización, imágenes. A todo, viceversa.

Vivimos en un realismo del que no podemos escapar pero que como bálsamo embriagante nos abraza con la inteligencia emocional de quienes saben hacerle el amor a la historia registrándola y compartiéndola, a esa historia de anónimos que batalla por los milagros y la belleza divina.

Por todo esto, el recorrido que Luciana Massarino nos invita a hacer a través de sus fotos, un recorrido que le es propio, no nos pasa tan lejos y nos alcanza como reflejos.
En definitiva todos queremos ser eternos en la mirada de algún otro. 
Barb Pistoia"

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