En un nuevo capítulo de "cada uno con su poder de relación hace lo que quiere": Tigre en una tormenta tropical, de Henri Rousseau (1891) ft. MM x Eve Arnold (1955)
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viernes, 25 de mayo de 2018
martes, 30 de enero de 2018
sábado, 28 de octubre de 2017
jueves, 28 de septiembre de 2017
viernes, 22 de septiembre de 2017
La belleza ignorante
Marilyn Monroe por Cecil Beaton / Revista Paco |
"El gran error de Beaton fue creer que podía tomar a la belleza como un valor y no como lo que es, un móvil" ► Usé la obra exquisita y la vida vacía de Cecil Beaton para hablar de la belleza. Se puede leer en Revista Paco https://revistapaco.com/2017/09/16/la-belleza-ignorante/
miércoles, 30 de agosto de 2017
sábado, 15 de julio de 2017
viernes, 18 de septiembre de 2015
martes, 3 de febrero de 2015
Lolita y mucho más
La historia cuenta que una vez que Stanley Kubrick se decidió por Sue Lyon, de 13 años, para hacer el papel de Lolita en la versión cinematográfica del libro de Vladimir Nabokov, lo llamó a su amigo Bert Stern, fotógrafo en ascenso en ese momento, para hacer unas fotografías que puedan explotar aún más la controversia que la obra literaria en sí ya generaba.
[Data aparte / extra > Stern se hizo inolvidable en la historia fotográfica, cinematográfica y, si hasta se me permite, cultural, por haber sido el último en fotografiar a Marilyn Monroe, de hecho ella jamás vió las más de 2500 fotografías que le fueron tomadas por él para, supuestamente, Vogué y en las que posó de todas las maneras posibles. "Supuestamente" porque con su muerte hubo cambio de planes. Sí llegó a ver algunas imágenes que incluso ella misma descartó y también son famosas porque se la ve tachada con cruces rojas. Todo este material fue saliendo de a poco hasta que finalmente Taschen editó el libro la The last sitting (La última sesión) que viene con un complemento biográfico del fotógrafo y de ella (la que lleva la firma de Norman Mailer, ni más ni menos) y del que se hizo una edición limitada (poco más de 1900 copias). Volviendo a la sesión: a trasluz, morocha, despeinada con su rubio, con algunas joyas pero basicamente con poco y nada alrededor, Bert Stern confesó que nunca sintió tanto amor y atracción instantánea por alguien, y que incluso sintió el temor de no poder con la situación y hasta se imaginaba perdiendo su matrimonio por un delirio del momento. "Nunca había visto ni vi algo igual, era fascinante y simpática, entretenida e intensa, generosa con su rol y lo fue con el mío. Tenía todo un carisma que uno puede percibir pero en realidad lo tenía a unos niveles inesperados. Definitvamente solo esperaba ver a una mujer bella y me encontré con toda una mujer hermosa, trágica y compleja, *(tomado de las palabras de Mailer)* seductora por lo sensible pero fuerte en su osadía, más pasaba el tiempo compartido y más fotos quería sacar. Creo que no hay una sesión tan íntima, tan despojada, tan de ella como una niña jugando a sacarse fotos". Las últimas imágenes de la jornada se los ve a los dos en la misma cama, autoretratándose con copas de champagne frente al espejo de la habitación del hotel Bel Air de Los Ángeles que él había reservado y ambientado desconociendo que era uno de los favortios de ella. No estaban solos, los acompañó en todo momento el peluquero de ella y un maquillador que no tuvo trabajo porque Marilyn solo quería un poco de rimel en los ojos y nada más. También en el libro habla de ella refiriéndose a "la chica que se tomó los 3 champagne sola" y que durante la sesión, que fue de doble jornada, sonaba música de época como All I have to do is dream, de The Everly Brothers. Todo en su lugar, incluso él, que desde allí dejaría de ser el que perseguía y retrataba incansablemente al matrimonio de Elizabeth Taylor y Richard Burton para ser el que inmortalizó a Marilyn, de 36 años, en una de las sesiones más sensuales que existen de ella y con varias imágenes tomadas que nacieron de su propio ímpetu porque según él "le nacía una creatividad indomable, las conversaciones que tuvimos eran de una idea tras otra idea".]
Volvemos a Lolita ya teniendo ubicadísimos a Stern.
Kubrick lo llama a Bert Stern como amigo, y con la confianza de tal, pidiéndole que haga una sesión donde aflore la sensualidad de la pequeña actriz pero que juegue con la inocencia a niveles de generar incomodidad. Que no sea algo que provoque rechazo ni que genere pasión, simplemente incomodidad y la posibilidad de recrear toda la intimidad que una niña de 13 años puede tener porque en definitiva la sensualidad y la sexualidad ya están ahí, en ella.
Tal vez esa es la mayor polémica y el gran pase que da Stanley guiado (y guionado) por Nabokov: ubicar no culpa ni responsabilidad en ella por ser objeto de deseo, sino lo que estalla física y mentalmente en una nena/mujer a esa edad. En tarot estaríamos hablando de una Emperatriz, también pienso en María Antonieta. Y pienso en yo nena de 13 años frente a todo un despertar. Te querés comer el mundo y de repente aparece el adulto que te da las llaves del mundo. La fantasía entonces ya no es tal, está ahí.
[Párrafo nuevamente aparte > Nabokov, tardó en autorizar la adaptación. Kubrick le hizo varios llamados y en cada uno de ellos le abría más la puerta al set hasta que terminó enviándole un guión para que lo tomara entre sus manos y lo haga propio. El escritor contó que no quería saber nada en algún punto por temor a romper la imagen de "su" Lolita pero que una noche, después de un viaje largo por Italia en el que había estado viendo el guión, soñó con la perspectiva de la película y aguardó el siguiente llamado del director para decirle que aceptaba. Siendo él mismo quien comandó finalmente la adaptación del libro al film, celebró que "el guión se convierta en poesía, en la poesía que siempre imaginé y quise para Lolita, que traduzca esa suave línea que separa el ensueño de lo salvaje, legitimar a una niña con hambre de ninfa". Su paso por Hollywood igualmente no es bien recordado, él mismo en la nota a Time de donde son las declaraciones anteriores, habla también de su "errante paso por la colonia del cine".]
Salvando las fotos comerciales de la película y unas pocas que cumplieron el objetivo de Kubrick de salir publicadas previas al estreno para generar revuelo, la mayoría de la sesión también fue siendo pública a través de los años en biografías o inéditos que tanto el director como el fotógrafo fueron sacando o documentales sobre la película fueron mostrando.
Stern dijo: "Cuando empecé a armar la idea de la sesión no encontraba un hilo conductor, y en ese estar medio perdido buscando accesorios llego a una tienda de variedades donde veo a unas chicas de la edad de Sue con gafas de corazones puestos. Ahí las adquirí y todo lo que sucedió después cayó solo en mi mente, definitivamente esas gafas eran todo lo que necesitaba".
¿Qué sucedió después sin irnos tan literalmente a la película? Esta sesión publicada en la revista Look Magazine de 1962 que causalmente se convirtió en la imagen ícono del film.
Por último, merecido y obviamente infaltable, un párrafo aparte para Stanley Kubrick en el que simplemente lo citaremos porque no necesita nada más (ni nada menos):
Información recopilada de:
Libro La perspectiva de Kubrick
Revista Catálogo Taschen (sobre Kubrick y sobre Stern)
Bert Stern
Terry Southern
Les Beehive
Abbracciepopcorn
[Data aparte / extra > Stern se hizo inolvidable en la historia fotográfica, cinematográfica y, si hasta se me permite, cultural, por haber sido el último en fotografiar a Marilyn Monroe, de hecho ella jamás vió las más de 2500 fotografías que le fueron tomadas por él para, supuestamente, Vogué y en las que posó de todas las maneras posibles. "Supuestamente" porque con su muerte hubo cambio de planes. Sí llegó a ver algunas imágenes que incluso ella misma descartó y también son famosas porque se la ve tachada con cruces rojas. Todo este material fue saliendo de a poco hasta que finalmente Taschen editó el libro la The last sitting (La última sesión) que viene con un complemento biográfico del fotógrafo y de ella (la que lleva la firma de Norman Mailer, ni más ni menos) y del que se hizo una edición limitada (poco más de 1900 copias). Volviendo a la sesión: a trasluz, morocha, despeinada con su rubio, con algunas joyas pero basicamente con poco y nada alrededor, Bert Stern confesó que nunca sintió tanto amor y atracción instantánea por alguien, y que incluso sintió el temor de no poder con la situación y hasta se imaginaba perdiendo su matrimonio por un delirio del momento. "Nunca había visto ni vi algo igual, era fascinante y simpática, entretenida e intensa, generosa con su rol y lo fue con el mío. Tenía todo un carisma que uno puede percibir pero en realidad lo tenía a unos niveles inesperados. Definitvamente solo esperaba ver a una mujer bella y me encontré con toda una mujer hermosa, trágica y compleja, *(tomado de las palabras de Mailer)* seductora por lo sensible pero fuerte en su osadía, más pasaba el tiempo compartido y más fotos quería sacar. Creo que no hay una sesión tan íntima, tan despojada, tan de ella como una niña jugando a sacarse fotos". Las últimas imágenes de la jornada se los ve a los dos en la misma cama, autoretratándose con copas de champagne frente al espejo de la habitación del hotel Bel Air de Los Ángeles que él había reservado y ambientado desconociendo que era uno de los favortios de ella. No estaban solos, los acompañó en todo momento el peluquero de ella y un maquillador que no tuvo trabajo porque Marilyn solo quería un poco de rimel en los ojos y nada más. También en el libro habla de ella refiriéndose a "la chica que se tomó los 3 champagne sola" y que durante la sesión, que fue de doble jornada, sonaba música de época como All I have to do is dream, de The Everly Brothers. Todo en su lugar, incluso él, que desde allí dejaría de ser el que perseguía y retrataba incansablemente al matrimonio de Elizabeth Taylor y Richard Burton para ser el que inmortalizó a Marilyn, de 36 años, en una de las sesiones más sensuales que existen de ella y con varias imágenes tomadas que nacieron de su propio ímpetu porque según él "le nacía una creatividad indomable, las conversaciones que tuvimos eran de una idea tras otra idea".]
Volvemos a Lolita ya teniendo ubicadísimos a Stern.
Kubrick lo llama a Bert Stern como amigo, y con la confianza de tal, pidiéndole que haga una sesión donde aflore la sensualidad de la pequeña actriz pero que juegue con la inocencia a niveles de generar incomodidad. Que no sea algo que provoque rechazo ni que genere pasión, simplemente incomodidad y la posibilidad de recrear toda la intimidad que una niña de 13 años puede tener porque en definitiva la sensualidad y la sexualidad ya están ahí, en ella.
Tal vez esa es la mayor polémica y el gran pase que da Stanley guiado (y guionado) por Nabokov: ubicar no culpa ni responsabilidad en ella por ser objeto de deseo, sino lo que estalla física y mentalmente en una nena/mujer a esa edad. En tarot estaríamos hablando de una Emperatriz, también pienso en María Antonieta. Y pienso en yo nena de 13 años frente a todo un despertar. Te querés comer el mundo y de repente aparece el adulto que te da las llaves del mundo. La fantasía entonces ya no es tal, está ahí.
[Párrafo nuevamente aparte > Nabokov, tardó en autorizar la adaptación. Kubrick le hizo varios llamados y en cada uno de ellos le abría más la puerta al set hasta que terminó enviándole un guión para que lo tomara entre sus manos y lo haga propio. El escritor contó que no quería saber nada en algún punto por temor a romper la imagen de "su" Lolita pero que una noche, después de un viaje largo por Italia en el que había estado viendo el guión, soñó con la perspectiva de la película y aguardó el siguiente llamado del director para decirle que aceptaba. Siendo él mismo quien comandó finalmente la adaptación del libro al film, celebró que "el guión se convierta en poesía, en la poesía que siempre imaginé y quise para Lolita, que traduzca esa suave línea que separa el ensueño de lo salvaje, legitimar a una niña con hambre de ninfa". Su paso por Hollywood igualmente no es bien recordado, él mismo en la nota a Time de donde son las declaraciones anteriores, habla también de su "errante paso por la colonia del cine".]
Salvando las fotos comerciales de la película y unas pocas que cumplieron el objetivo de Kubrick de salir publicadas previas al estreno para generar revuelo, la mayoría de la sesión también fue siendo pública a través de los años en biografías o inéditos que tanto el director como el fotógrafo fueron sacando o documentales sobre la película fueron mostrando.
Stern dijo: "Cuando empecé a armar la idea de la sesión no encontraba un hilo conductor, y en ese estar medio perdido buscando accesorios llego a una tienda de variedades donde veo a unas chicas de la edad de Sue con gafas de corazones puestos. Ahí las adquirí y todo lo que sucedió después cayó solo en mi mente, definitivamente esas gafas eran todo lo que necesitaba".
¿Qué sucedió después sin irnos tan literalmente a la película? Esta sesión publicada en la revista Look Magazine de 1962 que causalmente se convirtió en la imagen ícono del film.
Por último, merecido y obviamente infaltable, un párrafo aparte para Stanley Kubrick en el que simplemente lo citaremos porque no necesita nada más (ni nada menos):
"It was amazing how many parents would write in, you know, from Montana and so on, saying: “My daughter really is Lolita!” – that sort of thing. But we looked at them all, and of course, Sue Lyon was just one of them – but the moment we saw her, we through “My God, if this girl can act” – because she had this wonderful, enigmatic, but alive quality of mystery, but was still very expressive. Everything she did, commonplace things, like handling objects or crossing a room, or just talking, were all done in a very engaging way… and, incidentally this is a quality which most great actors have, it’s a strange sort of personal unique style that goes into everything they do – like when Albert Finney sits down in a chair and drinks a bottle of beer, and, well, it’s just great and you think “God, I wish I could drink a bottle of beer like that”, or the way Marlon Brando, you know, pushes his sun-glasses on his forehead and just leaves them there instead of putting them in his pocket… and, well, they all have ways of doing everyday things that are interesting to watch. And she had this, Sue Lyon – but of course, we still didn’t know whether she could act. Then we did some scenes, and finally shot a test with James Mason, and that was it – she was great.
S.K. An Interview with Stanley Kubrick Terry Southern (July 1962. NYC)"
Información recopilada de:
Libro La perspectiva de Kubrick
Revista Catálogo Taschen (sobre Kubrick y sobre Stern)
Bert Stern
Terry Southern
Les Beehive
Abbracciepopcorn
lunes, 21 de enero de 2013
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