Mientras tanto, desde hace un par de días, en un local de comida
rápida de Lituania, rememoran besos pasados que, a su vez, fueron
inmortalizados también por otros artistas callejeros.
El dueño
del local explica la decisión de hacer esta obra en las similitudes que
ve entre Trump y Putin con Brézhnev y Honecker, y que el mundo está en
una especie de "guerra fría". La obra y gracia es de un tal Mindaugas
Bonanu, aunque tal vez sea más importante saber quién es el asesor de
marketing y contador del local.
Es cierto que nuevos tiempos se
aproximan, lo que no significa que sean novedosos, y que los besos
garpan. Si no podés sacarte una foto en el muro de Berlín ni en el local
de Lituania, también son buenos tiempos para leer Una pálida historia
de amor, de Fogwill.