domingo, 27 de agosto de 2017

gracias fritas

Por séptima vez en dos horas, la vecina de arriba me golpea la puerta para que la ayudé a bajar aplicaciones al celular.

A diferencia de todas las anteriores ahora viene solamente a traerme tortas fritas: "hechas recién y exclusivamente para vos, ojalá te gusten. te iba a preguntar si te gustaban pero no quería que me dijeras que no hacía falta porque sí, hace falta". Obviamente no hacía falta pero (oh, piscis, oh domingo gris!) me emocionó la certeza.

Me gusta la gente que sabe que decir gracias no es necesariamente ser agradecido, sobre todo cuando hay una constancia de encuentro con el otro (ni hablar en relaciones, las que sean, en vínculos). Regalar algo tampoco implica agradecimiento, regalar algo no tiene ningún valor sentimental por sí solo. Ahora, la intención y el tiempo puesto en eso sí, la sensibilidad y el ojo que hay en ese acto, el riesgo, sí, porque está ahí todo el espíritu real del agradecimiento, que es la atención y presencia frente al otro. Gracias como agradecimiento decimos en la calle después de que nos digan qué hora es, o dónde para un colectivo.

Mi abuelo siempre decía "gracias hacen los monos en el circo". Fav, mucho fav.




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